Excavaciones
La imagen superior permite observar la ubicación geográfica de todas las intervenciones arqueológicas realizadas. Para más información pulsar sobre la imagen.
Las excavaciones en Puig Ciutat han consistido en la apertura de varios sondeos y en la posterior ampliación en extensión de aquellos que permitían caracterizar estructuras coherentes: habitaciones, calles, muralla, etc.
A lo largo de la excavación se han documentado objetivamente las estructuras y los estratos mediante su enumeración correlativa, nombrándolos “unidades estratigráficas”. Para cada unidad estratigráfica se ha efectuado un registro escrito (fichas) y un registro gráfico (fotografía y dibujo arqueológico). En relación con el trabajo de campo, prácticamente desde el principio, se ha introducido la utilización de una estación total robótica y también la realización de ortofotografías y de fotogrametrías permitiendo agilizar y mejorar notablemente el registro.
Al finalizar la excavación se ha limpiado, clasificado, inventariado y se han puesto siglas en todo el material recuperado. Terminado este proceso, se ha fotografiado y/o dibujado el material más destacado para poder seguir con su estudio que, en muchos casos, ha proporcionado una datación más precisa del asentamiento o un mejor conocimiento de la vida cotidiana de sus habitantes.
La prospección geofísica hecha al campo de cultivo que hay al oeste del yacimiento permitió detectar un edificio que se diferenciaba claramente del entorno y que fue identificado como «edificio 3».
El año 2017 se decidió intervenir con el objetivo de caracterizar el conjunto, tanto en cuanto a estructura como en cuanto a funcionalidad. A la vez, la excavación permitiría seguir documentando la trama urbana del asentamiento.
Desde aquella primera campaña, cada verano se interviene en este edificio en el marco del curso teórico-práctico que se organiza para el alumnado de la Universidad de Edimburgo.
La excavación, hasta ahora, ha permitido descubrir un edificio de planta prácticamente rectangular, de 8 x 11,5 metros, que contiene dos aposentos al norte y un ámbito de grandes dimensiones al lado sur. Todavía se encuentra en proceso de excavación.
En este edificio se ha encontrado material en abundancia, que nos habla tanto de la vida de sus habitantes (vasos cerámicos para beber y comer, fichas de juego, monedas, etc.) cómo de su final, puesto que varios carbones evidencian que el aposento fue incendiado. Entre los escombros del aposento más grande se han localizado los primeros restos humanos del asentamiento en conexión anatómica.
El ámbito 19 es el segundo aposento del edificio 4 que ha sido objeto de exploración. En concreto, ha sido intervenido durante el otoño de 2019, hecho que ha permitido comprobar que se trata de un espacio de grandes dimensiones (5 x 14 metros) cubierto y abierto a la calle situada a ponente, del cual se separaría únicamente por una hilada de pilares de madera. Como mínimo dos de los pilares de soporte se apoyaban encima una base de piedra de forma circular. Teniendo en cuenta las dimensiones del aposento y el gran volumen de material localizado, sólo ha sido posible excavar los cinco metros septentrionales del ámbito.
Los trabajos han permitido localizar hasta siete ánforas cerca del muro norte, completamente aplastadas por el escombro del edificio, así como una estructura rectangular de madera carbonizada de grandes dimensiones (3 x 2,5 metros), que todavía está en estudio. Hay que destacar también la preservación de un par de pilares de madera quemada, que probablemente habrían sostenido la cubierta y que aparecieron caídos hacia el interior del espacio. También se han localizado carbones y agrupaciones de llaves que podrían corresponder a parte de las puertas que comunicaban el espacio, tanto con el ámbito 4 como con el aposento ubicado a levante.
Con los conocimientos actuales no es posible aventurar la funcionalidad del aposento, más allá de señalar el papel de almacenamiento de alimentos que supone la localización de las ánforas.
La prospección geofísica realizada al inicio del proyecto reveló, entre otros elementos, parte de la trama urbana del yacimiento. En el centro del campo de cultivo este se detectó el edificio 4, una construcción de grandes dimensiones (cerca de 450 m2), de la cual destacaba un aposento en forma de «C» (ámbito 4), que aparentemente había sido incendiada.
Las campañas de 2011 a 2013 se centraron en este ámbito y mostraron como en realidad se trata de un espacio cerrado, puesto que el muro este, más estrecho, profundo y construido con piedras más pequeñas, no fue detectado por la geofísica. El único acceso al ámbito se abre al lado sur.
Las trazas de incendio también se pudieron corroborar durante las excavaciones, puesto que se encontraron varias vigas quemadas, probablemente procedentes de un altillo, caídas encima de cerámicas. Entre el conjunto de cerámica destaca una cratera de barniz negro procedente del actual Sicilia, que serviría para mezclar el vino y el agua. El líquido resultante sería consumido con vasitos, también hechos de cerámica, en este caso importados de la península Itálica.
La presencia de estos elementos denota un cierto lujo, lo que hace considerar que el edificio podría tener un papel relevante dentro del asentamiento, a pesar de que habrá que esperar a futuras intervenciones para confirmarlo.
En este punto, la excavación se realizó con el objetivo de caracterizar una construcción de grandes dimensiones que se había detectado previamente gracias a las prospecciones geofísicas y se había identificado como “Edificio 1”.
La excavación arqueológica dejó al descubierto un edificio de planta cuadrada de 11 x 11 metros de lado, compartimentado en diferentes habitaciones que se abrían hacia un espacio distribuidor central. Se accedía a este mediante un pasillo que comunicaba con una única puerta de acceso al conjunto, abierta en la fachada sur. La datación aportada por el material cerámico recuperado confirmaba que el edificio correspondía a la última fase de ocupación del asentamiento, de época tardo-republicana.
Los trabajos mostraron cómo la estructura estaba muy afectada debido a las tareas de cultivo del campo en épocas recientes y cómo parte de los muros que dividían el conjunto no se conservan. A pesar del mal estado de los restos, en la zona de acceso se recuperó parte de un carbón que podría formar parte del cierre de la puerta.
La apertura de dos sondeos en el interior del edificio permitió comprobar que este había sufrido un espolio ya en época antigua, probablemente para recuperar parte de las piedras de los muros norte y oeste.
Las grandes dimensiones otorgan al edificio un carácter relevante en el complejo constructivo del asentamiento. Según las fuentes documentales, un edificio de estas características podría corresponder a la residencia del comandante del campamento romano, llamada praetorium, o a un espacio administrativo, llamado principia. En el caso de Puig Ciutat, este espacio podría haber cumplido ambas funciones.
Las prospecciones magnéticas mostraron evidencias de una trama urbana en la parte noreste del yacimiento e importantes indicios de combustión que podrían responder a hogares o restos de un posible incendio.
Las excavaciones confirmaron la existencia de materiales y de estructuras arqueológicas correspondientes a las tres fases de ocupación del asentamiento, comprendidas entre el Bronce Final/ Primer Hierro (a mediados del s. IX – VII a.C.) y la época romana tardo-republicana. (a mediados del siglo I a.C.).
Correspondientes a la última fase se descubrieron 5 espacios y una calle adosada en el tramo noreste de la muralla. Este conjunto constructivo podría corresponder a un gran edificio, que habría combinado funciones de vivienda y de almacenamiento.
El estado destructivo de las diferentes estancias, con abundante material cerámico aplastado sobre el nivel de circulación y la presencia de abundante material bélico de tipo arrojadizo sobre los escombros de las estructuras (hecho que indicaría haber sido lanzado desde el exterior) hacen evidentes un enfrentamiento militar, posiblemente iniciado en este extremo del asentamiento.
La intervención en este lugar tenía como objetivo comprobar la presencia de uno de los accesos principales al asentamiento en su última fase. La hipótesis de que se encontraba en este punto se basaba en que es la zona donde confluye un camino de acceso a la cima del cerro por el este, que podría ser de origen antiguo, y la calle principal del área, que sigue una orientación de norte a sur.
Los trabajos permitieron localizar dos tramos de muralla en este punto, separados por cierto desnivel entre ellos, en cuyos extremos se podría ubicar la puerta, aunque no se ha podido confirmar a causa del elevado grado de devastación. Además, esta idea está apoyada por la presencia, dentro del asentamiento, de un muro paralelo a la muralla que dibujaría un pasillo de acceso que desembocaría a una segunda puerta que se encontró tapiada.
Las estructuras conservadas en el interior del asentamiento permanecen totalmente desconocidas ya que la zona se encontró cubierta de una potente capa de piedras, la función de la cual no se ha podido aclarar. La datación de los diversos restos de fauna en conexión anatómica asociadas permitió fecharlas en la última fase de ocupación.
A nivel de hipótesis se plantea la opción de que el vertido de piedras respondiese al refuerzo o al tapiado de la zona en los momentos finales del asentamiento, pero se deberá esperar a futuras campañas para poder corroborarlo.
Se intervino en este punto con el objetivo de conocer en extensión todo el lienzo de muralla que ya se había localizado con anterioridad y, asimismo, observar cómo se asentaba la estructura.
Los trabajos permitieron observar cómo la muralla se asentaba directamente sobre la estratigrafía anterior. A este lado se observó cómo los muros de la fase intermedia se proyectaron por debajo de la muralla romana. También se localizó un muro correspondiente a la fase más antigua del asentamiento (Bronce Final/Primer Hierro), siendo la primera estructura localizada de este período.
Los sondeos 20 a 23 comparten objetivo: localizar la muralla en la vertiente sur del asentamiento.
Sondeo 20: tanto las prospecciones geofísicas efectuadas en el año 2010 como las tomografías eléctricas efectuadas a finales de 2014 apuntaban la presencia de un tramo de muralla en este lugar. Los trabajos permitieron localizar la estructura defensiva, de la cual solo permanece una hilada.
Sondeo 21: en este lugar no se localizó ningún resto de interés arqueológico. La estratigrafía parecía responder a los trabajos de cultivo de la zona.
Sondeo 22: la observación superficial de un par de muros en este punto, junto con el fuerte desnivel existente, hizo prever la posibilidad de localizar la muralla en este lugar. Los trabajos permitieron comprobar que se trataba de bancales de viña de épocas más recientes.
Sondeo 23: la observación superficial de un muro en este punto, junto con el fuerte desnivel existente, hizo prever la posibilidad de localizar la muralla en este lugar. La excavación puso de manifiesto que se trataba de bancales de viña.