La prospección geofísica hecha al campo de cultivo que hay al oeste del yacimiento permitió detectar un edificio que se diferenciaba claramente del entorno y que fue identificado como «edificio 3».
El año 2017 se decidió intervenir con el objetivo de caracterizar el conjunto, tanto en cuanto a estructura como en cuanto a funcionalidad. A la vez, la excavación permitiría seguir documentando la trama urbana del asentamiento.
Desde aquella primera campaña, cada verano se interviene en este edificio en el marco del curso teórico-práctico que se organiza para el alumnado de la Universidad de Edimburgo.
La excavación, hasta ahora, ha permitido descubrir un edificio de planta prácticamente rectangular, de 8 x 11,5 metros, que contiene dos aposentos al norte y un ámbito de grandes dimensiones al lado sur. Todavía se encuentra en proceso de excavación.
En este edificio se ha encontrado material en abundancia, que nos habla tanto de la vida de sus habitantes (vasos cerámicos para beber y comer, fichas de juego, monedas, etc.) cómo de su final, puesto que varios carbones evidencian que el aposento fue incendiado. Entre los escombros del aposento más grande se han localizado los primeros restos humanos del asentamiento en conexión anatómica.